ESPERAN RESPUESTA.
Continúa la oleada de derrumbes en las zonas más antiguas de la capital cubana.
Estos son originados por la abundancia de las lluvias y la falta atención de
las autoridades.
Por Arián Guerra Pérez/
HABLEMOS PRESS.
LA HABANA.-
Un albergue transitorio para personas que han perdido sus viviendas, es todo
cuanto tiene la familia Morales para vivir.
La estructura de este
edificio, enclavado en la calle Dragones, No. 306, entre Rayo y San Nicolás,
municipio Centro Habana, se encuentra visiblemente afectada, lo que no ha
representado un motivo para que las autoridades responsables tomen cartas en el
asunto.
El temor a quedar
sepultados bajo los escombros, ha quitado el sueño al señor Jorge Luis Morales
López, padre de esta familia, quien afirmó que “desde hace varios días caen
pedazos de cemento del techo, y es imposible dormir tranquilos”.
Sobre el proceso de
deterioro de la edificación, el señor Morales López apuntó que “esta vivienda
comenzó a desprenderse poco a poco desde las columnas. Las lluvias, los
desechos de alimentos, las heces y las aguas albañales, comparten el mismo
espacio. Y todo termina dentro de mi casa, provocando el levantamiento del
piso, de donde brotan, además, los excrementos”.
La familia Morales ha
habitado por 17 años el mencionado inmueble -desde que perdiera su domicilio
como consecuencia de fenómenos meteorológicos-, y asegura que sus pertenencias
han sido destruidas en varias ocasiones por la misma causa.
Abraham Morales Mesa, hijo
del matrimonio que forman Jorge Luis y Juana Mesa González, afirma haber tenido
que “abandonar el hogar y buscar trabajo en San José de las Lajas (provincia
Mayabeque), “desde donde viajo los fines de semana para visitar y ayudar a mis
padres”.
Y agregó: “Fui citado el
17 de febrero de este año a la Contraloría
Provincial de La Habana, para dar fe de denuncias que enviamos a
Atención a la Población en varias ocasiones, explicando la situación. Recopilé
todo tipo de evidencias, las cuales tengo en mi poder desde que comenzaron los
peligros de derrumbe en el edificio y principalmente en nuestro apartamento
que, desde que nos mudamos para acá, ya tenía dificultades en su estructura”.
Juana Mesa González,
propietaria de la vivienda, comentó que lo perdieron todo “en un primer
derrumbe. Esto lo saben las autoridades, nos hemos entrevistado muchas veces
con Bárbara y Esperanza, las directoras de Albergue y de Atención a la
población, respectivamente, y cada vez que solicitamos su auxilio, recibimos
las mismas respuestas: Ellos no son los que dan las casas. Todos se quitan la
responsabilidad. Así ha sido durante 17 años”.
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