Un joven herido en una riña callejera.
Por Dr. Eduardo Herrera/ HABLEMOS PRESS.
LA HABANA.- La pobreza mantenida o falta de
recursos para satisfacer las necesidades básicas, suele provocar que las
personas tengan una respuesta violenta, en muchas situaciones. En países muy
pobres, vemos mejor cómo ocurre esta relación.
Actualmente en Cuba el bajo nivel
adquisitivo de los ciudadanos, que les impide llevar una vida digna, incide
directamente en el aumento de la violencia entre las personas más pobres, que
cada día se causan más daños entre ellos, sin que las autoridades puedan
disminuir la cantidad de hechos violentos, a pesar del gran número de agentes
del orden público existentes en el país.
Cantidades de heridos llegan diariamente a
los hospitales a causa de actos hostiles. Muchos de estos actos dan al traste
con la muerte de personas muy jóvenes.
La mayoría de las veces, el móvil tiene que
ver con la situación económica de los ciudadanos. Vemos agresiones por pequeñas
deudas de pagos, asaltos, robos y hasta por envidiar lo poco que tiene el
vecino.
También existen otras agresiones violentas,
relacionadas con la moral, la relaciones de parejas y hasta con posiciones
políticas diferentes que no son toleradas (inculcado por el gobierno desde sus
inicios hace más de 56 años). Todo esto contrasta con el “nivel escolar y de vida
que se dice ha alcanzado el país en tantos años.
El gobierno no reconoce públicamente el
aumento de los actos violentos en el país, pero si publica los que ocurren en
otros. Haciendo como que “aquí nunca pasa nada”, frase que dicen muchos cubanos
testigos de lo que está sucediendo.
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