LA
HABANA.- Las condiciones de pobreza pueden tener un fuerte vínculo con la
aparición de la Tuberculosis, de la cual se llegó a decir en un tiempo, que en
Cuba ya estaba erradicada.
Hace
unos días, vimos la noticia de la ocurrencia de tuberculosis en una escuela
primaria en La Habana Vieja, donde alumnos y trabajadores están siendo
afectados por esta enfermedad. Tenemos conocimiento de otros casos muy cercanos
a nosotros, que han adquirido dicha patología y se encuentran con tratamiento
médico.
Esta
dolencia ha ido aumentando en el mundo en los últimos tiempos, por el
incremento de casos con VIH y por deficiencia en los controles que se realizan.
Cuba no ha escapado de esta situación.
Dentro
de las causas que aumentan el riesgo de tuberculosis se encuentran: el hábito
de fumar, enfermedades como la Diabetes Mellitus, los linfomas de Hodgkin, estadios
terminales de la enfermedad renal, la enfermedad pulmonar crónica y el
alcoholismo, todas ellas presentes en la Isla.
La
pobreza que sufre la población cubana, a la cual no le permiten una
alimentación adecuada, provocando esto una malnutrición que influye
negativamente en el funcionamiento del sistema inmunológico, es otro factor de
riesgo para el surgimiento de la tuberculosis activa.
El
hacinamiento, no solo en las escuelas, centros laborales, transporte y hasta en
las viviendas, donde muchas personas se ven obligadas a convivir, también facilita
la diseminación de esta enfermedad.
En
mi opinión, la pobreza es una de las condiciones objetivas para el desarrollo
de esta dolencia, debido a la situación económica que vive la familia cubana,
de la cual sus miembros, mediante el trabajo, no pueden garantizar una vida
digna.
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