Ciudadanos en una calle de la ciudad de
Santiago de Cuba. Foto: Magaly Norvis Otero.
Por Roberto Fernández/
Hablemos Press.
SANTIAGO DE CUBA, 7 de Noviembre.- La Dirección de Salud en el territorio santiaguero
continúa negando el aumento de los casos de dengue y de las llamadas diarreas
agudas (cólera).
El municipio San Luis está totalmente fuera de
control. Se siguen celebrando entierros tradicionales, lo cual contribuye a la
expansión del contagio. En algunos pueblos los ciudadanos se quejan de que el ciclo
de fumigación no se cumple por el robo de combustible del personal de la
campaña.
“Se está exponiendo al virus a personas que podrían estar sanas”, asegura
Marta Rodríguez, enfermera del Hospital Saturnino Lora.
Agrega que “las ambulancias no llegan ni a una
decena para toda la provincia, y en esta parte del país los contagios y casos a
investigar superan la capacidad. Todos admiten que en la ciudad se mantendrán los
niveles de ambos virus”.
Una de las claves para combatir la epidemia ante
la sequía que vive la provincia es seguir las cadenas de transmisión e incrementar
los niveles higiénico-sanitarios. Es decir, vigilar a diario a todas las
personas para que en cuanto tengan los primeros síntomas se les haga la prueba
y se fumigue la vivienda y el área en que vive el paciente, para matar al
mosquito y que no siga extendiéndose el virus. ¿Se está haciendo correctamente?
La respuesta es no.
La
coordinadora del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología, en un
despacho con autoridades del gobierno en el territorio, asegura que “no existen
los medios adecuados para la campaña antivectorial, ni
vehículos para llevar el combustible y el líquido de la fumigación a los puntos
más alejados”.
“El dengue y el cólera han desbordado el sistema
nacional de salud”, explica la enfermera del cuerpo de guardia.
Uno de los problemas es que el modelo de lucha
contra las enfermedades no funciona. Los brotes anteriores estaban mucho más
localizados y era más sencillo atajarlos, pero en esta ocasión, con casos
dispersos ya por cuatro países y cadenas de transmisión que permanecen ocultas,
“hay que inventar algo nuevo”, asegura un experto del puesto de mando del
Hospital Provincial.
En este sentido,
la Dirección Provincial de Salud simula elaborar un plan de respuesta.
Los epidemiólogos coinciden en que ha llegado la
hora de una verdadera movilización que tenía que haberse producido mucho antes.
Lo decía hace unos días el doctor Eugenio Barbosa: “La respuesta de algunas
autoridades de salud es que es demasiado tarde”.
Al igual que en el municipio Santiago, el
personal sanitario trabaja al límite de su capacidad. En este último las
autoridades niegan los fallecidos por la epidemia, que son diagnosticados con
otra patología para ocultar la situación.
En la Escuela de Trabajadores Sociales donde
realizó guardia el doctor Rogelio Sánchez, el personal sanitario
se niega a trabajar. Y los que van, hacen turnos de hasta 12 horas, lo cual
merma su capacidad de concentración. Situaciones parecidas se dan en otros
centros sanitarios de esta ciudad, donde no solo hay casos de dengue, sino un
incremento de las diarreas.
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