Por Jaime
Leygonier/ Hablemos Press.
La Habana, 11 de Mayo.- El Estado continúa ocultando el
grado de propagación del cólera en Cuba. El silencio genera falsa confianza de
que la epidemia concluyó; pero el producto para potabilizar el agua se agota en
las farmacias, porque lo usan y revenden como producto de limpieza, según
farmacéuticas.
Los frascos de
hipoclorito de sodio al 1%, que venden en las farmacias, estatales todas, se
agotan no porque muchas personas potabilicen su agua sino porque lo usan para
limpiar inodoros y piezas del baño.
El producto para
limpieza es la lejía de cloro, que vende el Estado, pero es muy escaso,
costoso, lo agotan los revendedores, lo adulteran aguándolo éstos y los mismos
empleados de tiendas, el producto de la farmacia cuesta unos pocos centavos y,
según dicen, tiene mejor efecto limpiador.
También
revendedores compran en la farmacia el producto y llenan botellas de agua
clorada que venden a $5 pesos cubanos
como producto de limpieza.
Si para remediar
esto el Estado subiera los precios al hipoclorito de la farmacia, la población
no podría potabilizar el agua de beber.
De hecho quienes la
potabilizan así, por falta de dinero o por ignorancia no desinfectan con
hipoclorito los vegetales crudos, la vajilla y los cubiertos, lo cual los
expone a infestarse.
Antes de que la
epidemia cobrara fuerza y se extendiera por todo el País, un vocero del
Ministerio de Salud Publica declaró totalmente erradicados "los
brotes" y "casos" (jamás emplearon la palabra epidemia) mentira
que fue el último aviso oficial sobre el problema.
Los fríos del débil
invierno cubano y la detección y atención de muchos casos apaciguaron el mal,
pero los fuertes calores que comienzan en esta época del año lo pueden
recrudecer en una población desinformada, con falsa confianza en que la
epidemia cesó.
Y despreocupada de
clorar el agua. Medida que ayuda a protegerse pero que no impide el contagio
como hervir el agua. Y hervirla es muy trabajoso y económicamente imposible
para muchos, por lo costoso del servicio de gas y del de electricidad.
Según un médico, ya
existe un mal pronóstico: "El ciclo de enfermedades en Cuba funciona de
suerte que en la población de niños y de ancianos - la más vulnerable - en
invierno ocurre un pico de enfermedades respiratorias, y en verano,
particularmente en junio, julio y agosto, un pico de enfermedades diarreicas
(varios virus y el cólera cobraron fuerza en mayo-junio del 2012). En cambio en
este invierno se mantuvieron muy altas las cifras de pacientes con enfermedades
diarreicas, índice de la contaminación del abasto de agua, muy preocupante
sobre el caluroso verano que se avecina, y con calor que ya comenzó en
abril".
El cólera fue
endémico en Cuba en tiempos de esclavitud africana, cruentas guerras de
independencia y carencia de alcantarillado, condiciones que cesaron al
finalizar el siglo XIX, cuando el progreso erradicó el cólera.
Ahora el retroceso
del progreso por un sistema social que es su antagonista, la ruina del
alcantarillado y de la red de agua y la violación de normas sanitarias
aduanales por contingentes humanos retrotrajeron a Cuba a los tiempos del
cólera.
Maravillas de la
economía planificada socialista: Agotamiento y reventa del producto para
potabilizar el agua, debido a escasez y carestía de los productos de limpieza,
y el mentir el Gobierno al pueblo sobre el estado sanitario del País, para no
espantar a los también engañados turistas extranjeros.
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